Secrets per compartir

Avui pel matí he tingut una reunió secreta en un lloc secret, allí m’esperaven 7 persones més d’identitat també secreta. El tema de la reunió també ere secret, tant secret que cap de les parts que estàvem allí sap el contingut secret i sencer de la reunió, només parts secretes que seran plasmades i manifestades tant bon punt rebem la senyal. Una d’estes set persones, la que estave assentada davant meu, m’ha tret un tema que ha derivat en llibres apòcrifs, escrits per un mestre de la vida. Este no és altre que Terry Pratchett, autor de la saga Discworld, del qual us deixo uns quants extractes del seu llibre “Soul Music” que he tret d'este blog que he trobat per internet (no tinc cap bloc al calaix en apunts de discworld, encara que..). No és un secret l'humor de Pratchett ja que és conegut arreu del món, no en va te la fama de ser el més robat a les biblioteques britàniques després del llibre Guiness dels Rècords. És en castellà perquè és així com arriben los volums aquí a Catalunya ( bueno i en àngles que és com los llegeixo jo, però ho fico així perquè ho entenguèssiu valtros) i no goso traduïr-ho i fer perdre-li la gràcia:

-Incís- Us heu d'imaginar un món fantàstic, en mags, trolls, nans i tota la pesca, ja que fa servir este escenari per ironitzar sobre el nostre món actual.

-Ah, en Ankh-Morpork sí sabemos con qué se hace la buena cerveza -dijo.Los magos asintieron. Desde luego que lo sabian. Por eso estaban bebiendo ginebra con tónica.

-La Guardia está diciendo que fue un suicidio.La Muerte asintió. Teniendo en cuenta como era Ankh-Morpok, entrar en el Tambor Remendado haciéndote llamar Vicent el Invulnerable era un claro acto de suicidio.

- Los viajeros fueron atendidos por el tabernero, cuyas maneras indicaban que les deseaba una muerte horrible tan pronto como salieran del establecimiento. La cerveza sabía como si estuviera más que dispuesta a contribuir a aquel propósito.

- Empleando la cantidad mínima de esfuerzo exacta, hicieron girar las enormes puertas hasta juntarlas como medida de seguridad, no eran gran cosa. Las llaves se habían perdido hacía mucho tiempo. Incluso el letrero de "Gracias Por No Imbadir Nuestra Ciudad" apenas era legible a esas alturas.

- Siempre podías decir al universo que aquello no era justo. Y entonces el universo te respondería: "¿Ah, no lo es? Lo siento"

- Bueno, en teoría... Supongo que yo soy la Muerte.

- ¿En teoría?

- Sí. Pero en este momento no estoy de servicio.

- Me alegro mucho de oírlo.

-Era un cayado particularmente bueno, de dos metros de largo y bastante magico. No era que el archicanciller utilizara demasiado la magia. En su experiencia, cualquier cosa de la que no pudiera librarse con un par de golpes procedentes de dos metros de roble problablemente sería también inmune a la magia.

- (Parlant del billar) El mejor tiro con efecto que había hecho hasta el momento consistió en un rebote en el protector, un rebote en una gaviota, un rebote en la nuca del tesorero que había pasado por el pasillo el martes pasado (ahí hubo algo de giro temporal) y un complicado rebote final en el techo. Falló la bola por los pelos, pero aún así el tiro tuvo su efecto.

A esperes de fer-li una entarada com se mereix, millor això que res.